martes, 14 de agosto de 2012

"No deseo imitar a nadie"




La presidenta del PEN Club de Puerto Rico (P.R.) es poeta, narradora y profesora universitaria. Yvonne Denis Rosario tuvo un inesperado éxito con su primer libro de cuentos, Capá prieto, en el año 2009. Fue galardonada en Madrid, España, con el V Premio Internacional de Periodismo y Literatura sobre Puerto Rico José Ramón Piñeiro León. La puertorriqueña, nacida en 1967, realizó  estudios a nivel de bachillerato en la Universidad Interamericana de P.R. Posee un grado de Maestría en Creación Literaria con concentración en narrativa de la Universidad del Sagrado Corazón en P.R. Además, es profesora en la Universidad de Puerto Rico y en la Universidad Metropolitana. En su incansable carrera completa cursos para terminar su doctorado en Literatura Puertorriqueña y del Caribe en el Centro de Estudios Puertorriqueños Avanzados y del Caribe. 

DC- Cuando empezaste a escribir ¿Tenías en mente modelos literarios de escritores a los que querías imitar?

YDR- Siempre le he temido a esa pregunta, porque no puedo precisar con exactitud cuáles son mis modelos literarios.  Algo sí tengo presente, no deseo imitar a nadie, soy fiel partidaria de la originalidad, por eso me tomo mi tiempo cuando escribo. Estoy consciente de que el estilo que he desarrollado, y que seguiré desarrollando, posee elementos de otros escritores clásicos que he leído.  No puedo identificarlos con nombre o apellido, pero la crítica que he leído de mi trabajo en Puerto Rico  y en otros lugares del mundo, apunta a unos escritores específicos que ni me atrevo mencionar, porque ni yo lo creo.  No voy pensando a quién emulo o a quién me parezco, lo que surge de mí, ahí está. 

DC- Algunos afirman que escribir es doloroso, ¿lo es para ti?

YDR- Escribir no me causa dolor alguno, sino un inmenso placer. Sin embargo, algunos temas me resultan escabrosos y deseo trabajarlos. Al escribir siento como si me desdoblara, y eso implica  que llegué a otros niveles que no tenía programado alcanzar y que surgen durante el proceso creativo. 

DC- Has sido ganadora en certámenes nacionales. Tus poemas, cuentos y ensayos se han publicados en diversas revistas literarias y académicas. ¿Es cierto que  tu primer reconocimiento como escritora fue una mención honorífica en un certamen en la escuela superior?

YDR-  Es curioso que mi primer reconocimiento lo obtuve con un poema en la escuela superior y en un certamen dedicado a Julia de Burgos. Todavía conservo el premio, no el poema. 

DC- ¿Cuándo te das cuentas que quieres ser narradora? ¿Son dos facetas diferentes? ¿Te consideras más poeta que narradora?

YDR-  Siempre quise ser narradora, pero la poesía no me dejaba. Así que tenía un conflicto en mi narrativa porque el aspecto poético se entrelazaba con las narraciones.  Hubo gentes que me señalaban que tenía que tener cuidado con ese paralelismo que se veía cuando escribía un relato y la voz poética se dejaba escuchar.  Por lo cual no tengo consideraciones específicas para mí de cuál poeta o narradora soy. En mi narrativa los elementos poéticos emergen y se me hace difícil acallarlos.  Es más, confieso que no deseo silenciarlos.
Debo añadir que, una vez terminada mi maestría en creación literaria, se definió mi capacidad como narradora, porque, luego de la enriquecedora experiencia de aprendizaje con el título académico,  quedé primordialmente con mi oficio innato.  Ese rigor de estudio de la técnica creó una implosión literaria en mí.

DC- ¿Los personajes de tus textos están salpicados con algunas de tus vivencias?

YDR- Sí, y un sí rotundo. Yo estoy en todos mis relatos en algunas instancias como personaje inclusive, en otras rememorando una vivencia propia o recreando la de las gentes que he conocido. Esa es precisamente mi mayor satisfacción, escribir de las vivencias y yo tengo mucho que contar todavía.

DC- ¿Qué significó, en término de oportunidades ser la ganadora  del premio V Premio Internacional de Periodismo y Literatura sobre Puerto Rico “José Ramón Piñeiro León”?

YDR-  Ese premio a mi primer libro de cuentos Capá prieto, que se otorga en España, me consolidó como escritora. No es lo mismo que reconozcan tu trabajo en tu país a que unas personas que no te conocen, que no tienen idea de quién eres y ven tu obra con otra mirada, puedan identificar tus cualidades.  Ese galardón valida mi esfuerzo y dedicación por el trabajo como autora. Es un premio internacional que me abrió las puertas a muchas oportunidades académicas y literarias de las que todavía gozo y quiero seguir disfrutando.   

DC- ¿Qué piensas de los concursos literarios? ¿Son un recurso válido para escritores desconocidos? 

YDR- Los concursos son una excelente herramienta para calibrar a un buen escritor,  pero no son una garantía total. Por otro lado, hay gente talentosa que nunca ha ganado un concurso literario, porque no les interesa concursar o porque no lo necesitan.  También hay quienes van desesperados buscando un premio y escriben pensando en ganarse uno. Y se me ocurre citar palabras de Salvador Tió sobre eso de la creación y los premios literarios: “Hay que tener talento, sensibilidad y grandeza. Crear por crear aunque no se tenga capacidad para hacerlos es cosa de falsarios. Y éstos no tardan en descubrirse a sí mismos y acaban recluyéndose como cartujos en el silencio.  O cuando la desesperación los acucia, en la estridencia. No hay nada que se pierda más ligero que un grito si detrás del grito sólo hay garganta”.

DC- ¿Cuál es el rumbo de la literatura puertorriqueña actual?

YDR-  Ojalá supiera, pero veo desde la cátedra una ola gigante de escritores que nos arropan desde espacios inimaginables. Gentes de otras disciplinas que han apostado a la literatura y eso me parece genial. Cuando identifico algún estudiante con capacidad para escribir ficción y particularmente deseos de leer, auguro que nuestra literatura seguirá viva, sin importar nuestra situación política. No hay forma de que no continúe el rumbo de la literatura puertorriqueña pues cada vez se levantan más escritores y además el espacio es ilimitado. Esto no es para unos pocos y ya ese concepto desvanece.  A lo que le temo es al rumbo que pueda tener el producto final.

DC- Recientemente asumiste la presidencia del PEN Club de Puerto Rico, ¿qué significa este reto para ti?  Coméntanos sobre tus expectativas.

YDR-  Es precisamente eso,  un reto. Siempre que surgen nuevos retos para mí pienso en mis padres, Alejandrina Rosario y Juan Denis. Ellos son el modelo para atreverme a enfrentar lo que sea. Ellos me trasmitieron ese sentido de no tenerle miedo a lo que venga, porque lo que sea al final me fortalecería como ser humano y serviría de apoyo a otros.  Así que, pensando en eso, veo en la dirección del PEN una grandiosa oportunidad para promover a los escritores y por ende a nuestra literatura. El PEN  es voz principal de los escritores y amantes de la literatura puertorriqueña y lo ha sido desde el 1966, cuando una abogado e intelectual, Nilita Vientós Gastón, decide fundar PEN de Puerto Rico. Esa trayectoria le da sin duda un significado poderoso y firme al quehacer literario nuestro y me alienta en esta gesta. Así que, pensando en todo eso, compuesta por una Junta de lujo que agrupa académicos, escritores, médicos, abogados  y poetas, queremos marcar una diferencia al renovar los votos con el gremio que necesita una mayor representación.   

DC- ¿Qué puede hacer el PEN Club para los escritores puertorriqueños?

YDR-  Nosotros en el PEN Puerto Rico, pretendemos reafirmar nuestra lengua a través de nuestra literatura y eso significa defender a nuestros escritores. Tenemos el reto de divulgar nuestras letras, no sólo a nivel nacional con una feria, un congreso o un festival aquí o allá, sino a niveles internacionales más amplios y que nuestra condición política no sea impedimento para ello. Creemos que debemos fortalecer los lazos con el PEN Internacional y solidarizarnos con nuestros hermanos escritores del mundo porque, como ha  sucedido con nosotros, se atenta en ocasiones contra su libertad de expresión y  contra sus letras que son, finalmente, su identidad cultural. En la medida en que defendamos nuestra literatura, defendemos nuestra cultura y a la sociedad misma. Este año vamos para Corea del Sur  al Congreso número 78 del PEN Internacional, donde se reunen todos los Centros PEN del mundo. Allá sabrán de Puerto Rico, aunque no tengamos una embajada.  Hasta allá llevaremos libros de nuestros escritores. Ya estamos adscritos al PEN Internacional, a su página Web y por lo tanto, el gremio y sus afiliados con un enlace importante. Debemos señalar que esta institución fundada en 1921 agrupa alrededor de 21,000 escritores de todo el mundo, participa y representa todos sus Centros en todas las ferias internacionales de libro. Es un recurso valioso y debemos aprovecharlo a cabalidad. Quién no quisiera formar parte de esa voz universal. Ya estrenamos una página en la Internet, ahora se trabaja en una Revista cibernética, auspiciaremos a todos los escritores por igual, entre otros beneficios.  Hemos cedido en una Antología poética, que se publicará en Corea del Sur, un poema de uno de nuestros poetas. El Certamen Literario del PEN continúa con nuevos bríos y con un jurado prestigioso representativo de todas las universidades y de escritores. La agenda del PEN no tiene fin, igual que nuestra literatura.  


Foto de: Teresa Tió 

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