La presidenta del PEN Club de Puerto Rico
(P.R.) es poeta, narradora y profesora universitaria. Yvonne Denis Rosario tuvo un inesperado
éxito con su primer libro de cuentos, Capá
prieto, en el año 2009. Fue galardonada en Madrid, España, con el V Premio
Internacional de Periodismo y Literatura sobre Puerto Rico José Ramón Piñeiro
León. La puertorriqueña, nacida en 1967, realizó estudios a nivel de bachillerato en la
Universidad Interamericana de P.R. Posee un grado de Maestría en Creación
Literaria con concentración en narrativa de la Universidad del Sagrado Corazón
en P.R. Además, es profesora en la Universidad de Puerto Rico y en la
Universidad Metropolitana. En su incansable carrera completa cursos para
terminar su doctorado en Literatura Puertorriqueña y del Caribe en el Centro de
Estudios Puertorriqueños Avanzados y del Caribe.
DC- Cuando
empezaste a escribir ¿Tenías en mente modelos literarios de escritores a los
que querías imitar?
YDR- Siempre le he temido a esa
pregunta, porque no puedo precisar con exactitud cuáles son mis modelos
literarios. Algo sí tengo presente, no
deseo imitar a nadie, soy fiel partidaria de la originalidad, por eso me tomo
mi tiempo cuando escribo. Estoy consciente de que el estilo que he desarrollado,
y que seguiré desarrollando, posee elementos de otros escritores clásicos que
he leído. No puedo identificarlos con
nombre o apellido, pero la crítica que he leído de mi trabajo en Puerto Rico y en otros lugares del mundo, apunta a unos
escritores específicos que ni me atrevo mencionar, porque ni yo lo creo. No voy pensando a quién emulo o a quién me
parezco, lo que surge de mí, ahí está.
DC- Algunos
afirman que escribir es doloroso, ¿lo
es para ti?
YDR- Escribir
no me causa dolor alguno, sino un inmenso placer. Sin embargo, algunos temas me
resultan escabrosos y deseo trabajarlos. Al escribir siento como si me
desdoblara, y eso implica que llegué a
otros niveles que no tenía programado alcanzar y que surgen durante el proceso
creativo.
DC- Has sido ganadora en certámenes nacionales. Tus
poemas, cuentos y ensayos se han publicados en diversas revistas literarias y
académicas. ¿Es cierto que tu primer reconocimiento como escritora fue
una mención honorífica en un certamen en la escuela superior?
YDR- Es
curioso que mi primer reconocimiento lo obtuve con un poema en la escuela
superior y en un certamen dedicado a Julia de Burgos. Todavía conservo el
premio, no el poema.
DC- ¿Cuándo
te das cuentas que quieres ser narradora? ¿Son dos facetas diferentes? ¿Te
consideras más poeta que narradora?
YDR- Siempre
quise ser narradora, pero la poesía no me dejaba. Así que tenía un conflicto en
mi narrativa porque el aspecto poético se entrelazaba con las narraciones. Hubo gentes que me señalaban que tenía que
tener cuidado con ese paralelismo que se veía cuando escribía un relato y la
voz poética se dejaba escuchar. Por lo
cual no tengo consideraciones específicas para mí de cuál poeta o narradora
soy. En mi narrativa los elementos poéticos emergen y se me hace difícil
acallarlos. Es más, confieso que no
deseo silenciarlos.
Debo añadir que, una vez terminada mi
maestría en creación literaria, se definió mi capacidad como narradora, porque,
luego de la enriquecedora experiencia de aprendizaje con el título académico, quedé primordialmente con mi oficio
innato. Ese rigor de estudio de la
técnica creó una implosión literaria en mí.
DC- ¿Los personajes de tus textos están
salpicados con algunas de tus vivencias?
YDR- Sí, y
un sí rotundo. Yo estoy en todos mis relatos en algunas instancias como
personaje inclusive, en otras rememorando una vivencia propia o recreando la de
las gentes que he conocido. Esa es precisamente mi mayor satisfacción, escribir
de las vivencias y yo tengo mucho que contar todavía.
DC- ¿Qué significó, en término de oportunidades
ser la ganadora del premio V
Premio Internacional de Periodismo y Literatura sobre Puerto Rico “José
Ramón Piñeiro León”?
YDR- Ese premio a mi primer libro de
cuentos Capá prieto, que se otorga
en España, me consolidó como escritora. No es lo mismo que reconozcan tu
trabajo en tu país a que unas personas que no te conocen, que no tienen idea de
quién eres y ven tu obra con otra mirada, puedan identificar tus
cualidades. Ese galardón valida mi
esfuerzo y dedicación por el trabajo como autora. Es un premio internacional
que me abrió las puertas a muchas oportunidades académicas y literarias de las
que todavía gozo y quiero seguir disfrutando.
DC- ¿Qué
piensas de los concursos literarios? ¿Son un recurso válido para escritores
desconocidos?
YDR- Los concursos son una excelente
herramienta para calibrar a un buen escritor,
pero no son una garantía total. Por otro lado, hay gente talentosa que
nunca ha ganado un concurso literario, porque no les interesa concursar o
porque no lo necesitan. También hay
quienes van desesperados buscando un premio y escriben pensando en ganarse uno.
Y se me ocurre citar palabras de Salvador Tió sobre eso de la creación y los
premios literarios: “Hay que tener talento, sensibilidad y grandeza. Crear por
crear aunque no se tenga capacidad para hacerlos es cosa de falsarios. Y éstos
no tardan en descubrirse a sí mismos y acaban recluyéndose como cartujos en el
silencio. O cuando la desesperación los
acucia, en la estridencia. No hay nada que se pierda más ligero que un grito si
detrás del grito sólo hay garganta”.
DC- ¿Cuál
es el rumbo de la literatura puertorriqueña actual?
YDR- Ojalá supiera, pero veo desde la
cátedra una ola gigante de escritores que nos arropan desde espacios
inimaginables. Gentes de otras disciplinas que han apostado a la literatura y
eso me parece genial. Cuando identifico algún estudiante con capacidad para
escribir ficción y particularmente deseos de leer, auguro que nuestra
literatura seguirá viva, sin importar nuestra situación política. No hay forma
de que no continúe el rumbo de la literatura puertorriqueña pues cada vez se
levantan más escritores y además el espacio es ilimitado. Esto no es para unos
pocos y ya ese concepto desvanece. A lo
que le temo es al rumbo que pueda tener el producto final.
DC- Recientemente
asumiste la presidencia del PEN Club de Puerto Rico, ¿qué significa este reto
para ti? Coméntanos sobre tus
expectativas.
YDR- Es
precisamente eso, un reto. Siempre que
surgen nuevos retos para mí pienso en mis padres, Alejandrina Rosario y Juan
Denis. Ellos son el modelo para atreverme a enfrentar lo que sea. Ellos me
trasmitieron ese sentido de no tenerle miedo a lo que venga, porque lo que sea
al final me fortalecería como ser humano y serviría de apoyo a otros. Así que, pensando en eso, veo en la dirección
del PEN una grandiosa oportunidad para promover a los escritores y por ende a
nuestra literatura. El PEN es voz principal de los escritores y amantes
de la literatura puertorriqueña y lo ha sido desde el 1966, cuando una abogado
e intelectual, Nilita Vientós Gastón, decide fundar PEN de Puerto Rico. Esa
trayectoria le da sin duda un significado poderoso y firme al quehacer
literario nuestro y me alienta en esta gesta. Así que, pensando en todo eso,
compuesta por una Junta de lujo que agrupa académicos, escritores, médicos,
abogados y poetas, queremos marcar una
diferencia al renovar los votos con el gremio que necesita una mayor
representación.
DC- ¿Qué
puede hacer el PEN Club para los escritores puertorriqueños?
YDR- Nosotros en el PEN Puerto
Rico, pretendemos reafirmar nuestra lengua a través de nuestra literatura y eso
significa defender a nuestros escritores. Tenemos el reto de divulgar nuestras
letras, no sólo a nivel nacional con una feria, un congreso o un festival aquí
o allá, sino a niveles internacionales más amplios y que nuestra condición
política no sea impedimento para ello. Creemos que debemos fortalecer los lazos
con el PEN Internacional y solidarizarnos con nuestros hermanos escritores del
mundo porque, como ha sucedido con
nosotros, se atenta en ocasiones contra su libertad de expresión y contra sus letras que son, finalmente, su
identidad cultural. En la medida en que defendamos nuestra literatura, defendemos
nuestra cultura y a la sociedad misma. Este año vamos para Corea del Sur al Congreso número 78 del PEN Internacional,
donde se reunen todos los Centros PEN del mundo. Allá sabrán de Puerto Rico,
aunque no tengamos una embajada. Hasta
allá llevaremos libros de nuestros escritores. Ya estamos adscritos al PEN
Internacional, a su página Web y por lo tanto, el gremio y sus afiliados con un
enlace importante. Debemos señalar que esta institución fundada en 1921 agrupa
alrededor de 21,000 escritores de todo el mundo, participa y representa todos
sus Centros en todas las ferias internacionales de libro. Es un recurso valioso
y debemos aprovecharlo a cabalidad. Quién no quisiera formar parte de esa voz
universal. Ya estrenamos una página en la Internet, ahora se trabaja en una
Revista cibernética, auspiciaremos a todos los escritores por igual, entre
otros beneficios. Hemos cedido en una
Antología poética, que se publicará en Corea del Sur, un poema de uno de nuestros
poetas. El Certamen Literario del PEN continúa con nuevos bríos y con un jurado
prestigioso representativo de todas las universidades y de escritores. La
agenda del PEN no tiene fin, igual que nuestra literatura.
Foto de:
Teresa Tió